Dentro de los ejercicios que podemos aplicar son:
1. Preparación antes de entrar en la piscina: El agua de
la piscina acostumbra a estar más fría que la temperatura ambiente. Antes de
comenzar la clase, es recomendable que nos sentemos cerca del borde, mojemos
sus pies, manos y cabecita poco a poco y lentamente, vayamos entrando en la
piscina.
Para evitar el contraste, es recomendable preparar al
bebé con una ducha de agua templada, para evitar el contraste brusco de
temperatura.
2. Coger al bebé: Hay que coger al pequeño por debajo de
las axilas, de modo que solamente sus piececitos toquen el agua, y luego hay
que levantarlo con un movimiento suave de juego hacia arriba. Hay que ir
bajando cada vez más al bebé hasta que tenga todo el cuerpo en el agua.
3. Ejercicios de relajación sobre tabla o colchoneta: Se
coloca al bebé sobre una tabla o colchoneta que flote en el agua. La posición
puede ser sentado o acostado sobre su barriguita (posición de gateo), según le
apetezca. Se le pueden ofrecer juguetes para que juegue con ellos.
4. Chapotear en el agua: Sostener a los bebés por debajo
de los brazos, por delante para no perder el contacto visual, (cara a cara)
mientras ellos chapotean con las piernas y pies.
5. Acunar al bebé en la piscina: Consiste en acunar con
los brazos al bebé y pasearlo por el agua, manteniendo siempre el contacto
visual para que no se asuste.
6. Flotar de espaldas: Apoyar la cabeza del bebé en el
hombro, mientras, con la mano, se le sostiene el culete. La otra mano la
apoyaremos sobre la barriguita del bebé, o en sus piernecitas, para animarlo a
chapotear.
7. Estimular con un
juguete: Colocar un juguete en el agua y alejarlo, ante la mirada del bebé,
animándolo a cogerlo. A medida que coja confianza, se pueden alejar los juguetes
del niño cada vez un poco más.
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